Nuestra historia

Nacimiento

A mediados de la década de los años ochenta, un pequeño grupo de mujeres y hombres visionarios, con especialidades y formas de pensar diversas, compartían reuniones donde reflexionaban sobre una preocupación común: El Salvador atravesaba por una situación difícil en lo social, económico, político, institucional y de irrespeto a los Derechos Humanos; pero además, pensaban en cómo contribuir a la solución de esos problemas, desde la sociedad civil.

Nació así la idea de dar vida a un espacio para la promoción y defensa de los derechos humanos  que en un primer momento se conoció como Centro de Estudios para la Aplicación del Derecho –CESPAD–, posteriormente un 30 de noviembre de 1988 se constituiría en la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho –FESPAD.

Se inició con una intensa actividad jurídica dirigida hacia sectores populares, particularmente con comunidades urbanas y rurales y líderes sindicales, con quienes se pasó del conocimiento a la exigencia de sus derechos. Lo anterior obligó a la creación de un servicio de asistencia legal en 1991.

FESPAD y los Acuerdos de Paz

FESPAD aportó significativamente a la implementación de los Acuerdos de Paz así como a la discusión de la reforma de la Constitución de la República en el marco de tales acuerdos, para darle viabilidad al proceso por la vía democrática; al proceso de reconstrucción del país luego del conflicto armado, por medio de la exigencia del cumplimiento de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales –DESC– y de los Derechos Civiles y Políticos –DCP–; al fortalecimiento de instituciones nuevas como la Policía Nacional Civil y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos; al fortalecimiento de los gobiernos locales y del Sistema de Justicia en general.

Muestra de lo anterior es que entre 1991 y 1992, FESPAD formó parte de la Subcomisión Legislativa encargada de elaborar el anteproyecto de la Ley del Consejo Nacional de la Judicatura, uno de los compromisos de los mencionados acuerdos.

En este etapa,  FESPAD también cobró notoriedad en los medios de comunicación, tal es así que publicó en Diario Colatino una serie semanal denominada: “El derecho en la Vida Real”, un espacio para mostrar el derecho a partir de casos de la vida real.

Para 1993, se ejecutó el proyecto “Estudiemos la Constitución”, mediante el cual se desarrolló un concurso nacional a nivel estudiantil y se realizó la producción de la “Constitución Explicada”, lo cual posicionó a la institución como un referente nacional en materia de educación jurídica y Derecho Constitucional.

Desde los primeros años, FESPAD le ha apostado al trabajo y promoción de los derechos de la niñez y las juventudes; se buscó garantizar la aplicación estándares internacionales de derechos humanos (DDHH) al sistema penal juvenil; así como la necesidad de la creación de un sistema de protección de niñas, niños y adolescentes.

Sin embargo FESPAD también ha buscado empoderar a las nuevas generaciones en materia de derechos y precisamente con esa visión se ejecutaron los proyectos “Certamen Nacional de Derechos Humanos” (1996), en el cual participaron más de 27,000 estudiantes de tercer ciclo y bachillerato de 99 municipios de país y se publicaron unos 22,000 materiales educativos sobre derechos humanos; también “Salvadoreños y Salvadoreñas del Futuro” (1997-1998) para estimular la participación de la juventud salvadoreña a nivel local; “Seguridad Pública y Derechos Humanos” (1997-1998) introduciendo la perspectiva de seguridad ciudadana.

En 1996 también  se dio inicio al Programa de Actualización y Capacitación Jurídica -PAC-  el cual tuvo  un notable éxito en materia de capacitación jurídica especializada. A su vez, en  1997 FESPAD participó activamente en la discusión del nuevo Código Penal y Procesal Penal, que sustituiría a una legislación de 1974, caracterizada por un modelo inquisitivo.

Acompañando a grupos vulnerables

En 1999 se tomó la decisión de trabajar con más énfasis en la defensa y promoción de los derechos humanos integrales y fortaleciéndose la exigencia para el cumplimiento de los derechos económicos, sociales y culturales -DESC- con especial acompañamiento a mujeres y otros grupos vulnerables.

FESPAD puso a prueba la función jurisdiccional nacional e internacional, iniciando procesos de judiciabilidad de estos derechos mediante la presentación de demandas de inconstitucionalidad, hábeas corpus y amparos; así como la invocación de justicia ante el Sistema Interamericano y organismos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En esta etapa, FESPAD desarrolló un trabajo jurídico y político a través de sus centros ejecutores, el Centro de Estudios Constitucionales y Derechos Humanos (CECDH) y el Centro de Estudios Penales (CEPES), que comenzaron a cualificar su capacidad en la ejecución de importantes proyectos.

También en esta etapa, las áreas administrativas, de planificación y de generación de ingresos de FESPAD desarrollaron un esquema de apoyo a la sostenibilidad institucional.

En el período se ejecutaron proyectos como: “Promoción y Difusión de los Derechos Laborales y Sindicales”, situando a la institución como referente en materia laboral; el proyecto “Monitoreo y evaluación del cumplimiento por parte del Estado de El Salvador de los derechos económicos, sociales y culturales -DESC-”, que permitió realizar una labor de promoción y educación de comunidades urbanas y rurales.

FESPAD también desarrolló  la Escuela Itinerante en DESC, precisamente para ampliar el trabajo de sensibilización y promoción en la población históricamente “no sujetos”, de su calidad de persona humana, con dignidad.

Contribuyendo a la seguridad pública

Una tarea fundamental de FESPAD,  en el tiempo, ha sido en relación  a la seguridad pública, en el marco de una situación de post guerra, la cual no fue tratada como tal; se trabajó en el fortalecimiento de la recién nacida Policía Nacional Civil.

Se le dio especial atención al cumplimiento del derecho de las personas privadas de libertad y en los procesos de prevención de violencia a través de estrategias primaria, secundaria y terciaria, así como de reinserción social tan necesarios para el país.

En este sentido se ejecutó el proyecto: “Control ciudadano y profundización democrática de la seguridad pública y la reforma de la justicia penal en El Salvador” mediante el cual se desarrolló un sistema de observación y evaluación ciudadana de la política de seguridad pública y de la reforma de la justicia penal en El Salvador.

FESPAD inició un proceso de formación y capacitación jurídica no sólo para estudiosos del Derecho sino para personas de otras disciplinas; tal es así que por FESPAD han pasado cientos de personas, tanto como beneficiarios o como empleados, quienes ahora ocupan importantes cargos en instituciones públicas y privadas a nivel nacional e internacional.

Impulsando la contraloría social

Además de los aportes para el abordaje de la  problemática de violencia e inseguridad pública, FESPAD también ha jugado un papel trascendental en el fortalecimiento legal e institucional, la contraloría social y la lucha contra la corrupción. Es de señalar que la institución fue parte del Grupo Promotor de la Ley de Acceso a la Información Pública, contribuyendo a activar el sistema institucional y legal aprobado

Respecto a la lucha contra  la corrupción, la institución también ha mantenido especial vigilancia de las actuaciones de instancias como la Fiscalía General de la República, velando por su fortalecimiento así como de otras instituciones.

FESPAD ha participado en innumerables comisiones gubernamentales que han abordado temas trascendentales en la vida jurídica, política, económica y social del país. Muestra de ello es la presencia en 2001, en la Comisión Especial para una Evaluación Integral de la Fiscalía General de la República, ente que presentó un diagnóstico integral y una serie de recomendaciones para el fortalecimiento de la Institución.

FESPAD también  sentó un precedente en relación al uso de la justicia constitucional para reivindicar derechos económicos y sociales, con recursos como el de inconstitucionalidad contra la Ley de Integración Monetaria, y contra el Estado, por su responsabilidad en la intoxicación con metanol en los años 2000 y 2001.

Desde FESPAD se han promovido procesos de participación ciudadana, rendición de cuentas y acceso a información pública. Se exigió el ejercicio independiente de los comisionados del Instituto de Acceso a la Información Pública, de los miembros del Tribunal de Ética Gubernamental, de la Corte de Cuentas de la República y del Ministerio Público.

También se  ha trabajado porque la elección de miembros del Consejo Nacional de la Judicatura (CNJ) sea de acuerdo a la ley; para  mejorar los procesos de selección y nombramiento de jueces y juezas, así como por una necesaria depuración judicial, que sigue siendo una histórica deuda pendiente, consignada en el Informe de la Comisión de la Verdad.

En relación a lo anterior, FESPAD tuvo una participación clave en la Comisión Especial de Investigación de Títulos Irregulares en el Órgano Judicial, creada por la  Corte Suprema de Justicia en el 2002, a raíz de varios planteamientos realizados por el Consejo Nacional de la Judicatura, sobre la formación profesional deficiente de algunos jueces, juezas y abogados en ejercicio liberal, y debido a la irregularidad presentada en el proceso de obtención de su título académico.

Avance hacia la sostenibilidad

FESPAD trabajo en el diseño y la ejecución de su Plan Estratégico Institucional 2002-2004, y con ello dio inicio a una nueva etapa de profundización de sus logros y avance hacia la sostenibilidad de su labor.

Para estos años también se fortaleció la difusión del pensamiento jurídico institucional, mediante procesos de investigación y producción documental; por medio del servicio de biblioteca, la actualización del Índice de la Legislación Salvadoreña y se amplió la bibliografía sobre doctrina jurídica. A través de FESPAD Ediciones, se revisaron y editaron libros institucionales destacados, tales como los informes de situación y estudios específicos en materia de Seguridad Pública y Justicia Penal y Derechos Económicos Sociales y Culturales.

Como parte del monitoreo y vigilancia en materia de DESC, se construyó una Red Nacional de Comités de Defensa de los DESC y se logró sensibilizar sobre la temática a diferentes sectores sociales del país. En septiembre de 2003, se presentó por primera vez un informe de sociedad civil sobre “La Situación de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC) en El Salvador, ante el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, en Ginebra, Suiza.

Se han brindado aportes en la formación y fortalecimiento técnico de agentes y operadores de las instituciones de seguridad pública, de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y periodistas de medios de comunicación nacionales e internacionales, contribuyendo con ello a construir una cultura de discusión sobre seguridad.

En 2004, se contribuyó con la formación de operadores, abogados, abogadas y comunidades, y a través ejercicios de contraloría social en las instituciones de justicia. Se abrieron oficinas en Santa Ana y San Miguel, en cuyas zonas hubo un mayor conocimiento del trabajo institucional.

Además se dieron procesos de formación y acompañamiento jurídico y político dirigido a comunidades, así como a trabajadores y trabajadoras, priorizando aquellos organizados en sindicatos; procurando casos donde son violentados derechos laborales de trabajadores y trabajadoras especialmente de maquilas. Se Impulsaron campañas contra la flexibilidad laboral. En 2006 se promovió la ratificación de Convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y se ha participado en discusiones por el aumento a un salario mínimo justo y por un sistema previsional que garantice un retiro digno.

También, a partir de 2006, se comenzó a desarrollar un esquema programático, con la adopción en el CECDH de un programa dirigido a la construcción de ciudadanía y los derechos humanos.

FESPAD adquiere un protagonismo en la defensa de Derechos Humanos, y la protesta social, sin embargo esto también derivó en amenazas, criminalización y ataques a la labor de defensa de derechos humanos. En ese sentido en 2007  se  impulsó la conformación de la Concertación por la Paz, la Dignidad y la Justicia Social, un espacio creado con otras organizaciones sociales para contrarrestar las amenazas de derechos humanos.

Reinvensión institucional

En noviembre del año 2007, se inició el denominado proceso de reinvención institucional, que consistió en una revisión del trabajo de FESPAD de cara a los retos futuros y a las demandas de la sociedad salvadoreña. En este proceso se revisó y actualizó la  misión, visión y valores; y se adoptó un nuevo Plan Estratégico 2008-2010.

En este momento FESPAD también vivió una reestructuración pasando de Centros a una estructura matricial con 3 programas (derechos humanos y equidad de género; seguridad pública y justicia penal; y transparencia) y cuatro áreas de trabajo (Formación, Procuración, Investigación y Monitoreo e Incidencia).

En 2009 se produjo un cambio de gobierno, lo cual constituyó para FESPAD, una oportunidad para coadyuvar al fortalecimiento de la institucionalidad del Estado, por ello, en este período la labor institucional estuvo definida a la consecución de 2 objetivos estratégicos: El primero, el fortalecimiento de la institucionalidad del Estado; el segundo, el fortalecimiento de las capacidades sociales para la exigencia del cumplimiento de sus derechos humanos, es decir, el empoderamiento ciudadano, el empoderamiento social.

En este período, se enfocaron los esfuerzos por coadyuvar en dos temas trascendentales y muy sentidos por amplios sectores: los mega proyectos de inversión y la seguridad pública. Como parte de la incidencia realizada por FESPAD, en este período se consolidó además un movimiento nacional para defender el derecho a la tierra.

A nivel interno, en 2010, FESPAD ajustó nuevamente su estructura, desapareciendo las áreas, y quedando solamente los programas: Derechos, económicos, sociales y culturales; Seguridad ciudadana y Justicia penal.

Precisamente, durante esta etapa, la seguridad pública se asumió desde un enfoque de incidencia para la rehabilitación y la prevención, trabajando para la construcción y consolidación de sistemas de seguridad pública y de justicia penal democráticos en El Salvador,  mediante el seguimiento al proceso de reforma, la exigencia de respeto efectivo de la Constitución por parte de los diferentes agentes de dichos sistemas, y el cumplimiento de los valores y principios democráticos originales, que inspiraron los procesos de reforma penal y policial. Un aspecto relevante fue la elaboración y presentación de una propuesta de política de seguridad pública realizada en asocio con varias organizaciones y presentada al Gobierno.

Trabajo con redes y alianzas

FESPAD pasó por la elaboración de un nuevo Plan Estratégico Institucional para el periodo 2011-2014, dirigido a fortalecer la institucionalidad democrática del Estado y la participación ciudadana inclusiva, a fin de contar con políticas públicas respetuosas de la Constitución y los derechos humanos.

En cuanto al trabajo en pro del respeto a los Derechos Humanos y del fortalecimiento institucional, FESPAD mantuvo presencia mediática y un continuo trabajo de incidencia.

En 2011, FESPAD  se pronunció contra el nombramiento de militares en los cargos de  Ministro de Justicia y Seguridad Pública, y Director de la Policía Nacional Civil, presentando además un recurso de inconstitucionalidad que dio como resultado que en 2013 la Sala de lo Constitucional declarara inconstitucionales  tales nombramientos.

En 2012 se pronunció por el pleno cumplimiento de las sentencias de la Sala de lo Constitucional en total consecuencia con el rol que históricamente ha tenido: la lucha por la independencia judicial, el respeto al Estado de Derecho y al respeto a la Constitución; posición que, en un contexto de aguda polarización social, le generó a la institución muchos inconvenientes e incomprensiones.

Por otro lado,  a nivel interno, FESPAD relanzó en 2013 el Programa de Transparencia, que en 2014 pasó a llamarse Programa de Transparencia y Anticorrupción; con el que se desarrollaron los temas de acceso a la información pública, promoción de rendición de cuentas, y participación ciudadana; fortaleciéndose la lucha contra la corrupción.

En este marco FESPAD denunció e  impulsó acciones contra actos de corrupción, jugando un  papel protagónico como querellante en  casos emblemáticos como el que se dio contra el ex presidente de la República Francisco Flores Pérez.

Mucho del trabajo de FESPAD en este período se dio a través de redes y alianzas nacionales e internacionales, participando activamente en más de 20 espacios.  Por ejemplo en 2014, se logró la coordinación con varias organizaciones para elaborar y presentar informes alternos tanto en el Examen Periódico Universal como ante el Comité DESC de Naciones Unidas, y se presentó una propuesta de mecanismo inter institucional para el seguimiento de los convenios internacionales; se hicieron importantes acciones de incidencia para la prohibición de la minería metálica y el reconocimiento constitucional del derecho al agua y a la alimentación.

Se siguió aportando a la seguridad ciudadana, desde la prevención de violencia y el trabajo con jóvenes en comunidades afectadas por la violencia. Un caso simbólico de este trabajo es la intervención en la Comunidad La Selva, en Ilopango, en donde se logró a través del diálogo y la justicia restaurativa,  disminuir la violencia y generar proyectos productivos.

A su vez, en esta etapa se brindó al país importantes investigaciones sobre problemáticas de derechos humanos, como estudios sobre la minería metálica, los asocios públicos privados, los presupuestos municipales dirigidos a la niñez y juventud y el control de armas.

FESPAD se abrió más al trabajo regional e internacional, siendo parte de distintas redes que velan por los derechos humanos, y manteniendo comunicación con los sistemas regional y universal de protección de los DDDHH.

Asimismo se desarrollaron acciones jurídicas y políticas en contra de tratados comerciales lesivos a los derechos humanos de la población; se han impulsado campañas y acciones contra la evasión y elusión fiscal, y por el establecimiento de una política fiscal progresiva que hasta hoy son temas pendientes.

Situación de crisis

Por diversas causas acumuladas desde hace varios años, a finales de 2016 la sostenibilidad financiera de la organización se volvió crítica, manifestándose de diversas maneras, principalmente hacia lo interno que quedó evidenciado en la reducción de personal, renuncia del presidente de la Junta Directiva y del Director Ejecutivo.

Al ser FESPAD una organización sin fines de lucro y  de promoción de los DDHH se ha tratado de mantener independencia, llevando a estar al margen de gestiones financieras que pudieran haber condicionado el accionar institucional, sin embargo  esto tuvo efectos en la sostenibilidad financiera institucional de aquel entonces.

En 2017 la problemática se agudizó, pero aún en estas condiciones, se identificaron diversas e importantes fortalezas: el talento humano,  el capital político, el reconocimiento nacional e internacional y la experiencia acumulada.

Sin embargo un aspecto trascendental fue la solidaridad de cooperantes y viejos aliados, así como de otros nuevos que creyeron y siguen creyendo en el proyecto FESPAD: personas u organizaciones nacionales e internacionales que consideran a la institución como un socio con prestigio e importancia.

Durante estos momentos, se reconoció el valioso apoyo de organizaciones como : Pan Para el Mundo -PPM-; Servicio Mundial Judío Americano -AJWS-; Unión Europea; Fundación Paz y Solidaridad; HIVOS; Action Solidarite Tiers Monde -ASTM-; Embajada Alemana en El Salvador; Embajada Suiza en Costa Rica, INKOTA; PADF; Foundation Global Human Rights; CAID; Plan Internacional; Federación Luterana Mundial; ICNL, IEPADES,  Fondo de Acción Urgente, OXFAM, IM, IAF, Counterpart, CIVICUS, TERRANOVA, , y FRMA.

A su vez no se puede obviar el acompañamiento histórico de la Cooperación Sueca, a través de ASDI que fue quien proporcionó el original soplo de vida a la institución, y luego Diakonía, quien junto con EZE y luego EED, de Alemania, fueron acompañantes estratégicos.

Para enfrentar esta dura etapa, además de contar con aliados, se tomaron decisiones administrativas urgentes: reducción de gastos, creación de un fideicomiso, un nuevo reglamento interno de trabajo que contribuyó al fortalecimiento de la mística del personal y el reglamento de la Junta de Administradores, gestión de nuevos proyectos con nuevos cooperantes.

A pesar de las adversidades, y gracias a su trayectoria, FESPAD mantuvo su posición como referente en materia jurídica y de Derechos Humanos, lo cual le valió para recibir  reconocimientos como la Medalla Unión Europea otorgada por la Unión Europea en mayo de 2017, y con la cual se reconoce a personas o instituciones que contribuyen al fortalecimiento de las relaciones bilaterales –políticas, económicas, comerciales y de cooperación–, que promueven, con sus acciones en el país, los valores compartidos entre la Unión Europea y El Salvador.

La institución cerró el 2017 con una estabilidad financiera bastante equilibrada, gracias a la ayuda solidaria de las agencias de cooperación y a las medidas y decisiones internas que se tomaron.

Una nueva FESPAD

Con el fin de buscar la construcción de un nuevo FESPAD (una nueva institución en materia de estructura organizativa, estructura de costos, rol temático para responder apropiadamente a las necesidades más sentidas de la población)  en 2018 la institución tuvo que ubicarse a la altura de los tiempos, los cambios mundiales, pero fundamentalmente, a las más profundas preocupaciones de la población salvadoreña, centroamericana, entre otras.

FESPAD inició una nueva etapa con el fin de reorganizar el trabajo institucional, garantizando un acompañamiento e incidencia política de forma sostenida, recuperando presencia y consolidándose institucional y políticamente.

Durante el 2018 se siguió trabajamos con comunidades, manteniendo una clara e independiente postura política, vigilando del respeto de la Constitución y las leyes en general. Se ha participado en la elección directa de funcionarios a través de la observación electoral desde sociedad civil.

Como institución se ha mantenido una férrea lucha en defensa del territorio contra intereses de la industria extractiva, principalmente contra la minería metálica y ahora en defensa del agua; se ha trabajado por garantizar la soberanía alimentaria y la seguridad jurídica de la tenencia de la tierra, especialmente de personas de comunidades empobrecidas en todo el país.

A su vez durante ese año se continuó con el trabajo por los derechos humanos: realizando acciones efectivas por buscar justicia a mujeres criminalizadas por complicaciones obstétricas; promoviendo los derechos de la diversidad sexual, así como de las y los indígenas, de las y los migrantes y de las personas desplazadas por violencia.

El Salvador ha transitado por un severo proceso de violencia social, producto sin duda de la histórica exclusión y marginación de grandes sectores de la población, víctimas de violencia estructural que como dijo San Romero: “es causa de todas las violencias”. En ese marco, FESPAD ha luchado por que las instituciones de seguridad pública ejerzan su labor en el estricto marco de los derechos humanos. Apoyamos y hemos sido parte del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia (CNSCC), de la Mesa de Actuaciones Policiales y de la Mesa Penitenciaria, sin embargo, estos esfuerzos fueron eliminados en 2019.

Consolidación institucional y nuevos escenarios

La llegada de un nuevo gobierno (2019) trajo una serie de cambios a El Salvador, los cuales, aparentemente eran parte de la transición normal de una administración a otra, sin embargo, pronto se comenzaron a notar algunas actuaciones atentatorias al Estado de Derecho, la transparencia y a los derechos fundamentales en general. Con la llegada de la pandemia del COVID-19 a El Salvador en 2020, esta situación se agravó.

FESPAD ha asumido su compromiso por la defensa de la dignidad de las personas, manteniendo su actividad, aporte y solidaridad, a pesar de las condiciones extraordinarias, entregando ayuda humanitaria, interponiendo hábeas corpus e inconstitucionalidades, ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia -CSJ-, frente a las violaciones de la Constitución de la República y de derechos humanos. Además, con una constante emisión de pronunciamientos y producción editorial se consolida como una organización referente en Derechos Humanos.

A nivel interno, FESPAD comenzó a trabajar bajo una nueva mirada, plasmada en su plan estratégico 2020-2024, manteniendo sus mismas convicciones por el respeto de la dignidad de las personas, y en alianza con otras organizaciones de sociedad civil nacionales e internacionales con ideales afines a los nuestros.

La labor institucional ha sido reconocida a nivel externo, tal es así que en diciembre de 2020 FESPAD fue galardonada con el Premio Nacional a la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos 2020 otorgado por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos -PDDH-.

La tendencia en 2021 no muestra signos alentadores, sobre todo con la vulneración a la separación de poderes e independencia judicial perpetrada desde el Órgano Ejecutivo. Se está a las puertas de una reforma a la constitución de la República y aún no la pandemia sigue teniendo un impacto en todos los ámbitos. La institución se mantiene atenta de cara a estos escenarios.

FESPAD en este nuevo ciclo estratégico continuará trabajando de manera independiente y fortaleciendo los lazos con otras organizaciones de sociedad civil nacionales e internacionales, promoviendo e impulsando el conocimiento y respeto de los derechos humanos.  La lucha de FESPAD sigue y seguirá siendo para que El Salvador sea un Estado democrático, constitucional y social de derecho, teniendo como centro a la persona humana y su dignidad.

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